@magdarevetllat
Hace años la festividad de Sant Jordi era conocida por el nombre de Dia dels Enamorats, un día en el que las parejas se regalaban un libro y una rosa.
Actualmente se ha convertido en una explosión de actividades en torno al mundo editorial donde lo más importante parece ser obtener la firma de un autor determinado, eso produce que la mayoría de clásicos queden en desventaja ante la obsesión por comprar un libro de reciente edición y plantarlo abierto ante quien lo escribió para que deje su autógrafo.
De lo que era el regalo de una flor, una rosa comprada a una florista, ha pasado a ser un acoso por parte de quienes ni conocen la leyenda ni saben el motivo de tal símbolo: la rosa es la flor que emergió de la sangre del dragón que san Jordi mató. Paseando por las calles en este señalado día una multitud de brazos se extiende delante del paseante ante el grito de "quierunrosaaaa".
No hay ni que decir que las actuales imágenes de dragones con aspecto simpático leyendo libros no se corresponden a esa parte de la leyenda.
Hoy es un día en el que se puede comprar con descuento el libro deseado si es que se puede circular por el interior de las librerías, dado que es un día en que están repletas. Como el día de la Palma las iglesias.
La lectura es una fuente de diversión, de instrucción, de evasión, de conocimiento, si hoy no apetece entrar en el tumulto caótico de las rosas y las firmas hay otras opciones.
Siempre nos quedará la biblioteca.
Imagen de Wikipedia.

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