martes, 12 de agosto de 2025

La serie Rama, esa fantástico viaje de ida y vuelta

@magdarevetllat


Cita con Rama es un clásico de la ciencia ficción, Arthur C. Clarke describió un encuentro con una nave alienígena que viaja por el universo con una enigmática misión. El libro dejó al final una puerta abierta por la que entraron otros tres, los escribió Clarke en colaboración con el también escritor de ciencia ficción Gentry Lee.

 El segundo libro sucede cuando se aproxima mucho tiempo después otra Rama, como el lector atento ya había supuesto con la última frase del primer libro. Cuando aparece esta segunda nave la Tierra ha sufrido graves crisis y más o menos se ha recuperado por lo que envían a un equipo para inspeccionarla, pero no tiene nada que ver con la primera expedición, aquí va algún científico pero básicamente es para emitir un programa de TV.

Al final de este segundo libro tres personas de la expedición se han quedado en la nave que se los lleva lejos del sistema solar. Son dos hombres, uno joven el otro mayor y una mujer joven. Descubrirán que no están solos y que comparten espacio con alienígenas algunos amables otros incluso peligrosos, sobretodo un tipo de arácnidos con alta tecnología. Los dos jóvenes se formarán pareja y tendrán dos hijas y más tarde la joven sugerirá tener un hijo con el otro hombre para que cuando ellos ya no estén puedan continuar su vida. Nacerá otro hijo de esta segunda unión y un día el padre de las dos niñas marchará durante mucho tiempo y cuando vuelva descubrirán que ha sido modificado y esto lo transmitirá a su próxima descendencia. 

 

Esta parte del tercer libro me gustó mucho, la extrañeza de descubrir Rama en unos aspectos que antes no se habían visto y llegarán al punto donde se dirige la nave, una especie de estación espacial donde hay todo tipo de seres. Volverán a la Tierra pero en la estación espacial tendrán que quedarse dos de ellos, un hombre y una mujer, y así lo harán. 

En el cuarto libro hay algo que me pareció curioso y es que al volver de nuevo a la estación espacial, en la que se quedaron el hombre mayor y la hija mayor de manera voluntaria, la madre descubre que la hija ha pedido que construyeran un androide a imagen y semejanza de ella pues la echaba mucho de menos. Para la madre verse sustituida por un androide y además ver que la hija tiene mayor intimidad y trato con el androide que con ella misma le es un shock. ¿A quién le gustaría verse sustituido por un androide?

Y ya está, básicamente lo destacable es eso, lo demás son enfrentamientos que personalmente me cansaron un poco aunque es parte de la esencia humana agredir a sus semejantes. En ese aspecto el libro puede resultar árido pero desde luego es tan real como las noticias que ofrecen los medios diariamente.  

 No sé si Arthur C. Clarke pensaba que en algún lugar remoto hay alguna estación espacial con alienígenas inteligentes de mundos diversos. En 2001: una odisea espacial el autor ya apunta algo así en el lugar donde mantienen al astronauta en soledad.

¿Existirá en algún punto del cosmos un lugar así? Tal vez algún día esta pregunta sea contestada. 


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