Se celebró en el Ateneo de Barcelona un homenaje al escritor Jordi Sierra i Fabra, autor de una variada obra que recoge distintos campos.
Maite Carranza alabó su aspecto humano, además del de escritor, pues estando ella al inicio de su carrera tuvo gran ayuda por parte de él de manera totalmente desinteresada, algo que según añadió, le define.
Arturo Padilla explicó cómo fue su experiencia al ser el ganador de la primera convocatoria del premio que lleva el nombre del escritor, y cómo eso dio el inicio a su profesión ya que era un premio para personas muy jóvenes, hecho que animaba pues no se competía con gente mayor o profesionales.
Al final habló el propio homenajeado que tuvo unas palabras para su esposa, ya fallecida, cuya ausencia es palpable en cada día de su vida. También habló del incierto apoyo de las instituciones a la escritura y del motivo por el cual su fundación se creó.
Un acto emotivo y justo que, como se dijo, es en vida del escritor que se debe hacer, los homenajes póstumos no son lo mismo.
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