No hacía ninguna falta actualizar la historia que se narra en La tierra permanece pues, además que se convierte en una serie apocalíptica más, se le suprime todo el sentido del original.
La historia original se enclava en la mitad del siglo XX donde una pandemia ha reducido a la humanidad a mínimos y el protagonista, junto a unos pocos supervivientes, trata de recrear y continuar la sociedad en la que vivieron.
En el relato original de George R. Stewart el protagonista, buscando a otras personas vivas, encontrará a una mujer con la que convivirá y tendrá hijos y años después ella le confesará que en realidad no es blanca, aunque por su aspecto lo pueda parecer, sino que es negra a lo que él no dará importancia.
La conclusión queda clara: es una nueva sociedad y esas diferencias ya no lo son pero trasladado a una época actual esto pierde sentido.
La estupidez que supone dar este giro de la obra en su versión televisiva responde a crear un producto que satisfaga a un gran público, que lo entretenga, sin ningún tipo de remordimiento sobre el hecho de destruir un clásico de la ciencia ficción.
Por favor, lean el libro.
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