jueves, 29 de enero de 2015

The Stepford wives








La novela de Ira Levin fue llevada a la gran pantalla por Bryan Forbes. El film refleja de manera espléndida la situación de creciente incertidumbre, hasta convertirse en terror, que vive la protagonista.

El libro traducido al castellano se titula Las mujeres perfectas, título que también se aplicó a la película, pero como ocurre tantas veces es inapropiado, porque avanza una parte de la trama y porque desvía la atención pues más que de mujeres se trata de esposas, abnegadas esclavas del hogar y de la familia, las compañeras que quieren los hombres que se trasladan a esa zona. Además el autor en ningún momento dice que ellas sean perfectas, son sumisas, hablan sin expresar grandes emociones, son distantes...

Pero por mala que sea la traducción, el libro, una vez empezado, no se puede dejar.

La película original muestra el recinto residencial, Stepford, en la cual los hombres se reúnen en su club exclusivo para hombres mientras sus esposas cuidan de la casa, el jardín y los niños sin ninguna inquietud propia, anuladas en un camino que va de casa al supermercado y de vuelta a casa.

La música que envuelve el film pasa de ser suavemente melódica a distorsionada, como aviso de que algo siniestro está detrás de las plácidas reuniones vecinales. A veces de música pasa a silencio, como la escena de la primera vez que las hijas de la pareja protagonista suben al autocar escolar: las caras de los niños que las miran esconden un secreto que no pueden contar. Nadie les creería.

La tontería de remake, por otra parte protagonizado por una inmensa Glenn Close, pierde todo el sentido al revelarse que toda la trama está construida por una mujer que quiere crear un entorno a su gusto y medida. Un retroceso brutal de pensamiento si tenemos en cuenta que la original trata precisamente de lo contrario, de mujeres que quieren hacer algo más que ser esposas y madres. Y para empeorar la película un final edulcorado con unos hombres castigados a hacer las tareas domésticas, nada que ver con el final con un tremendo Patrick O'Neal como el cínico Dale Coba.

¿Te irías a vivir allí?



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