Un recorrido por los robots que han llenado grandes y pequeñas pantallas con la voz de fondo del poema de Rudyard Kipling. El autor Ian McEwan lo usó como introducción a su novela Máquinas como yo.
Un breve poema que expresa la importancia de ser coherente con lo que se hace y con lo que se construye, no puede haber contradicción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario