Al llegar un barco a la isla en la que se suponía que debían estar dos personas solo hay una, lo encuentran dormido en el faro, pero no es el farero. Con este toque de extrañeza empieza un relato de aquellos que no se pueden dejar.
Hay profesiones que pueden llevar a alguien a vivir en un recóndito lugar solitario.
¿O tal vez no tan solitario?
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