@MagdaRevetllat
Hamlet, el hijo de un magnate, pierde a su padre y hereda el 51 por ciento de las acciones de su negocio. Pero un día el espíritu del fallecido se le aparece y le relata que en realidad fue asesinado.
Rodada en blanco y negro, dirigida por Aki Kaurismäki, el drama de Shakespeare actualizado, con los mismos personajes con alguna pincelada nueva: un bar con música rock, el suicidio de Ofelia en la bañera después de tomar pastillas para dormir, o frases clásicas mezcladas con nuevas como: "he perdido la alegría de vivir, ni siquiera hago deporte".
Pocas veces un clásico de esta magnitud puede ser actualizado con dignidad, pero en esta ocasión la fotografía en blanco y negro en fieros contrastes, los hieráticos personajes, la sordidez de la atmósfera de agresiva ambición, la diferencia de clases y el trato entre ellos...
Todo ello solidifica un clásico que sigue siendo actual.
Hamlet, el hijo de un magnate, pierde a su padre y hereda el 51 por ciento de las acciones de su negocio. Pero un día el espíritu del fallecido se le aparece y le relata que en realidad fue asesinado.
Rodada en blanco y negro, dirigida por Aki Kaurismäki, el drama de Shakespeare actualizado, con los mismos personajes con alguna pincelada nueva: un bar con música rock, el suicidio de Ofelia en la bañera después de tomar pastillas para dormir, o frases clásicas mezcladas con nuevas como: "he perdido la alegría de vivir, ni siquiera hago deporte".
Pocas veces un clásico de esta magnitud puede ser actualizado con dignidad, pero en esta ocasión la fotografía en blanco y negro en fieros contrastes, los hieráticos personajes, la sordidez de la atmósfera de agresiva ambición, la diferencia de clases y el trato entre ellos...
Todo ello solidifica un clásico que sigue siendo actual.