@MagdaRevetllat
Una empresa tiene el monopolio de la exploración y explotación de un planeta aunque dedican más recursos a lo segundo que a lo primero. Jack Halloway es uno de los contratistas que tiene una zona asignada, vive en una cabaña con su perro en lo alto de los árboles pues los depredadores son abundantes a ras de suelo. Los métodos de Halloway son cuestionables y las explosiones de gran calibre están vetadas por las leyes coloniales de defensa del medio ambiente, de manera que ha amaestrado a su perro para que active él los explosivos.
Dos cosas suceden casi a la vez, el descubrimiento de una enorme veta de un valioso mineral y la incursión en su cabaña de unos seres autóctonos desconocidos hasta el momento.Y así empezará todo.
La humanidad ya ha destrozado un planeta y puede hacer lo mismo en cada mundo que ocupe, solo tiene que haber una razón y esa viene de la mano de la codicia. Pero llegar a un nuevo mundo no significa poder apoderarse de él y para eso debe haber leyes y además deben ser cumplidas.
Una interesante reflexión sobre el concepto de ser animal racional, salpicado por el humor y la inagotable imaginación del autor.