Xavier Franquesa es catedrático de Dibujo en la Facultat de Belles Arts de Barcelona y dejando, por un breve tiempo, el lápiz ha decido publicar una novela.
Gafas de ciego tiene un primer plano de personajes: Yvonne, que tiene una tienda de ropa y un perro al que, por supuesto, pasea cada mañana. Eduardo, profesional del mundo del arte que disfruta de un año sabático y Karen, peluquera, amiga de Yvonne. Estos tres personajes se mueven, se observan y admiran entre ellos como lo hace el joven dálmata de Yvonne, Dog, con sus amigos Perla y Gilgamesh cuando, en el parque, juegan y se olisquean.
Si Yvonne y Eduardo parecen ingrávidos en algún momento, su dedicación a la belleza, al Arte, -Eduardo desde sus visitas al museo e Yvonne en las creaciones de moda que exhibe en su tienda-, Karen es terrenal y apasionada y así lo muestra la escena que tiene con su ex-marido Wilson.
¿Donde se desarrolla la acción? Todo sucede en una ciudad cosmopolita, que ha acogido a personas de otros lugares y todos viven y se relacionan entrando y saliendo de transportes públicos, museos y tiendas. Tanto da si es Nueva York como si es Barcelona, Berlin o Paris, la relación humana será exactamente la misma… y la perruna también.
Un incendio en una tienda, unas llaves perdidas, un llavero en manos de un extraño personaje en el metro, un hombre ciego que visita el museo, son las piezas que, junto con los personajes, construyen el relato.
Como profesor de dibujo Franquesa no puede dejar de lado alguna mención e incluso breve comentario o lección sobre los cuadros que Eduardo ve en el museo. Este personaje lanza una pregunta, que en algunos momentos más parece una afirmación: ¿por qué las mujeres ya no se dejan pintar?
Yo le respondería que sí se dejan, pero no como simple fondo o como parte del decorado, vestidas o desnudas para complacer al hombre que comprará la pintura, las mujeres son ahora protagonistas y dueñas de su imagen como se muestra, lienzo a lienzo, en Women painting women.