Había una vez un gato, pero no llevaba botas, y este gato dejó sus huellas en tinta en un manuscrito del siglo XV: ésto fue lo que encontró Emir Filipovic, investigador del Departamento de Historia en la Facultad de Filosofía de Sarajevo.
Por lo visto era frecuente dejar entrar a los gatos en las dependencias de las imprentas pues, los ratones, ávidos de mordisquear papel y pergamino, representaban un peligro para los libros. Los gatos representaban la mejor defensa contra los roedores.
Aquí puedes ver este curioso manuscrito.
Miau!
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