Helen se dispone a seguir su rutina diaria para acudir al trabajo pero al ser despedida y volver a casa algo ocurre, su vida se divide en dos, la que regresa en el metro porque puede entrar o la que llega más tarde porque las puertas deslizantes se cierran antes de que pueda entrar.
Sliding Doors (1998) es un precedente a lo que después se ha repetido en otros filmes, como Mr. Nobody, y otras anteriores como Turn Back the Clock (1933) en el que el protagonista reinicia su vida desde su juventud, o el tremendo momento en Qué bello es vivir (1946) en el que George ve cuan diferente sería su ciudad y sus habitantes si él no hubiera nacido.
Cada una juega con esa doble o variable historia y cada una aporta algo distinto.
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