Nunca había leído una novela cuyo primer capítulo se titulara "Gilipollas", y nunca había encontrado un capítulo cuya primera frase fuera: Gilipollas, gilipollas, gilipollas, gilipollas...
Este relato, tragicómico de una joven que se ha visto demasiadas veces defraudada en el amor, es una buena lectura en cualquier momento, un safari por la vida como animales que somos al encuentro de otros animales.
Hombres que evitan responsabilidades y compromisos, amigas que creen saber lo que le conviene a la protagonista, reflexiones diversas sobre la vida y las relaciones, todo esto en la primera novela de esta autora con un largo recorrido desde su publicación en 2001.
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