Hoy es el Día Mundial del Piano y para celebrarlo una entrañable escena de la película El Hombre Bicentenario.
Basada en el libro de Isaac Asimov la eterna historia de Pinocho, un androide que quiere dejar de serlo. Como siempre la película difiere del libro y se hace más amable, más romántica, pero tiene la misma fuerza que el relato de su autor.
La escena además de dulzura comunica al espectador que los años han pasado.
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