Esta obra, de recientísima creación, la fotografié en el andén del metro:
un impresionante paisaje en tonos blanco y negro.
Sin lugar a dudas el joven artista plasma el actual momento, la crispación del habitante de ciudad que ansía instalarse en el campo, ser acogido por la Naturaleza -el Sol sonriente da muestra de ello-, aunque el doble camino pone en evidencia las dudas sobre tomar o no este camino de escapada.
Hay a la vez una crítica social, la iglesia desdibujada, de presencia permanente en cada ciudad, en cada pueblo, pero a la vez aceptada y rechazada por la sociedad, por el individuo.
Y la lejana montaña, símbolo de lo inalcanzable y a la vez de lo deseado, el pico coronado de nieve, la pureza que nos es ofrecida a la vez que negada.
Tal vez cuando vuelva a pasar mañana ya no estarà, habrá sido borrada por los diligentes servcios de limpieza,
pero alguien se divirtió haciéndola y yo me he divertido comentándola.
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