Edificios inmensos que en realidad son ciudades, en los pisos superiores vive la élite, los dirigentes, en los inferiores personal burocrático, mantenimiento y en la planta baja con acceso al exterior únicamente los robots que reciben los alimentos del exterior y los guardias que custodian que nadie entre o salga están autorizados a permanecer allí.
En el exterior tribus salvajes cultivan alimentos y entregan una parte de la cosecha a cambio de lo que ellos no pueden producir, tienen férreas leyes que cumplen de manera implacable, es una cuestión de supervivencia, y los forasteros no suelen estar bien acogidos.
Un clásico entre los clásicos, un futuro con dos sociedades tan distintas como complementarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario